ACELGAS ESTOFADAS


…de comer verdura.

ACELGAS ESTOFADAS.

A ver que digo como no me gusten.

Acelgas riquísimas estofadas.

Me ha invitado mi hermana a cenar “su última especialidad”, una forma más sabrosa de preparar acelgas.

La acompaño mientras deambula por la cocina para ponernos al día de los últimos acontecimientos de nuestra vida y también para echar un vistazo a ver que hace, no por que no me fíe, sino para luego contároslo a todos vosotros.

Pone en una olla un manojo de acelgas bien troceado, un par de zanahorias cortadas en rodajas y dos o tres patatas medianas en trozos (acordaros, desgajados mejor).

Como la velada lo requiere, nos servimos una copita de vino tinto manchego para degustarlo a sorbitos mientras el otro habla.

Mientras se hacen las acelgas, en una olla pequeña, echa un generoso chorreón de aceite de oliva para sofreír una cebolla picadita en trocitos pequeños y un par de dientes de ajos también troceados.

Cuando están “pochados” que diría Arguiñano, le añade una cucharadita colmada de pimentón de La Vera, y lo retira a la espera de que deje de soplar la otra olla.

Y mientras seguimos con las copi… con la charla amena…

Las acelgas, patatas, zanahoria y el caldo, van al sofrito y lo pone a hervir todo junto para que agarre el gustillo (También se pueden hacer hervir las verduras directamente en el sofrito añadiéndole ahí el agua. Nota mía).

Muy rico.

Gracias Ana.



CEVICHE DE SALMÓN.


…de sorprender

CEVICHE DE SALMÓN.

Este plato que hoy os acercamos nada tiene de dificultad, pero sirve para sorprender a familiares y amigos en un momento especial, por su presentación.

Ceviche o cebiche de salmón.

Ya hablamos en otro artículo del ceviche cuando entrevistamos al Chef Iker González Ayerbe. En este caso pasamos a la práctica con unos filetes de salmón fresco, que bien podrían ser sustituidos por otro tipo de pescado (muy apreciado es el ceviche de corvina).

Una hora antes de la degustación procederemos a macerar el pescado, limpio, cortado en filetes de medio centímetro de grosor, en una mezcla con el jugo de 2 limones, unas gotas de vino seco, una cucharada de cilantro (fresco mejor), un diente de ajo muy picado y unos trocitos de guindilla fresca, que luego podemos sacar.

Cuando vayamos a emplatar, cortamos en tiras distintos tipos de verduras y hortalizas. Le va bien la zanahoria, el puerro, la cebolleta, la lombarda, la col, remolacha, cebolleta, etc. Aquellas que sean más duras podemos escaldarlas con un poco de agua hirviendo. Podemos poner también unos berros enteros para darle otro volumen.

Para preparar el ceviche de salmón colocaremos los filetes en el fondo del plato y montaremos el acompañamiento con la mejor gracia posible. Una buena forma es como formando un tipi indio.

Un chorreoncito de aceite de oliva y otro de vinagre de Módena que podemos espesar poniéndolo al fuego con media cucharadita de maicena.

Espectacular.

FIDEUÁ DE MARISCOS


…de contentar al suegro.

FIDEUÁ DE MARISCOS.

Fideuá de mariscos y típica ensalada para acompañar.

Hay que llevarse bien con todo el mundo…

Os recomendaría que compraseis algunos huesos de pescado como de pez espada o mero, uséis esas partes del pescado que habitualmente y erróneamente se desechan como la cola, la espina, la cabeza, o algo de “morralla”, es decir, ese pescado que cae en las redes, sin aparente valor comercial, y que en algunos sitios lo venden para hacer caldos.

Con esto y un par de litros de agua, hierve que te hierve, hacéis un caldo que usaremos luego. Si os han vendido mucho, no importa. Ponéis más  agua y lo que os sobre, en un tarro de cristal al baño maría para otra ocasión. Ya hablaremos de esto.

Abrimos los mejillones (10 o 12, de “bicho” grande, de los que pesan al cogerlos) en una poquita de agua que  no tiraremos.

En una paellera sofreímos mientras una cebolla mediana cortada en tiras y tres o cuatro dientes de ajo cortados en dos o tres partes. Añadimos un cuarto de chipirones o calamares, limpiados y troceados.

Cuando se haya ablandado un poco la cebolla le añadimos un tomate mediano cortado en trocitos y, al cabo de unos cinco minutos, medio vaso de vino blanco.

Dejaremos que se evapore un poco el alcohol y añadiremos el caldo del pescado y el de los mejillones. Como estamos usando una paellera para 4 personas, que son justo las que vamos a comer, la llenaremos hasta aproximadamente un centímetro del borde. Si nos falta caldo, añadimos agua (pero que no sea mucha); si nos sobra, reservamos por si hay que añadir luego.

Y cuando rompa a hervir, le podemos poner ya la fideuá.

Para los que nos siguen en este blog y no son de España a ver si tengo alguna foto de este tipo de pasta…

Si, por aquí parece que tengo una...

Se puede encontrar fideuá de distinto número, que indica el grosor.
  Si no podéis comprar fideuá, podéis usar otra pasta parecida o un fideo grueso. Estará igual de rico.

Añadir la cantidad de pasta según las indicaciones del envase (yo diría que unos 80-90 gr. por persona) y según lo que coma el suegro.

Le espolvoreamos una poquita de pimienta negra por encima, un poquito colorante o cúrcuma, y le troceamos un poco perejil fresco y un diente de ajo.

Adornamos también a mitad de cocción con unos langostinos, gambas o cigalas, y con los mejillones que habíamos reservados. Podemos poner alguno con una de las conchas.

Cuando haya pasado el tiempo que nos indica el envase para que esté la pasta cocida, la probamos. Si está hecha, a comer. Si le queda un poco y hay todavía caldo, apagamos y cubrimos con una tapa o un papel limpio para que se termine de hacer y absorba el caldo, pues la fideuá pide estar sequita, como el arroz. Si estamos sin caldo, le añadimos un poco del que nos sobró, pero calentándolo bien, y cubrimos igualmente.

No sobró nada.